23.9.08

Vergüerza agena en el Liceu

Estaba muy ilusionada, hacía tiempo que quería comprar la entrada y al final, cuando sólo quedaban 3 butacas libres, ¡me decidi! y menos mal que lo hice, porque sino, me habría arrepentido toda la vida.
¡¡¡Pina Bausch en en Liceo!!! Era una oportunidad única para ver a una figura clave y imprescindible de la danza del s.XX. El programa era muy atractivo: Café Müller y La consagración de la primavera. El escenario estaba repleto de sillas y mesas, se apagaron las luces y sentí una espécie de vértigo en el estómago. A los pocos minutos Pina entró en escena, como si se tratase del fantasma de Giselle, una aparición, un cuerpo frágil como una pluma, lánguido, volátil, ...Su simple presencia era emocionante y el más mínimo movimiento, impresionante. Café Müller es una pieza magistral, que te hace vivir la angustia y que es mucho más teatral que bailada, y eso pareció horrorizar al Liceo. Cuando finalizó la coreografía el Liceo rompió en abucheos, pataleos y silbidos. ¡¡¡No podía ser cierto!!! Los comentarios eran varios: "vaya tomadura de pelo", "esto no es danza", "vámonos al bar",...No, no estaba soñando, ocurrió de verdad y me dejó perpleja. Perplejidad que no parecía sentir Pina a pesar de ser muy consciente de lo que estaba ocurriendo durante los aplausos.
Puedo entender y respetar que a parte del público no le llenase la pieza, pero no puedo entender bajo ningún concepto cómo parte del público del Liceo pudo tener tal falta de respeto hacia una celebridad como es Pina. Como entenderéis, sentí vergüenza ajena. Vergüenza por la falta de respeto, vergüenza por aquellos que van al Liceo a pasear el Visón, vergüenza por tal gran falta de educación.
Afortunadamente, los abucheadores tuvieron que callarse en la segunda parte, una vital y visceral Consagración de la primavera (Le Sacre Du Printemps) . ¡Fue espectacular!, directa a lo más profundo de todos nosotros, como una inyección a la que no te resistes, sencillamente: ¡im-pre-sio-nan-te!, brutal.
Vean y judguen:



6 comentarios:

Raúl dijo...

¿Qué día fuiste tú?, porque yo sólo oí reverencias, estuve el sábado. Estoy de acuerdo contigo, en que mucha gente tiene cierta aprensión por los espectáculos más sutiles, "Le Sacré du Printemps" es espectacular, y es fácil que le guste a cualquiera, pero "Café Müller" es mucho más discreto, pero igual de potente. En mi opinión, es consecuencia de una sociedad del ¡¡lo quiero ya!! y del consumo de lo inmediato, insensibilizada por tanta televisión, y guiones de películas de Hollywood. Aún así, defiendo la libertad de cualquiera en el público a expresar su disconformidad con lo que se le ha presentado (el "derecho al pataleo" está en desuso, pero alguna vez que otra lo presencio, y es síntoma de una sociedad no aborregada).
De todas maneras, si a alguien le escandaliza un espectáculo clásico de hace 30 años, es que no suele ver muchos, y probablemente le hayan regalado la entrada.

Xènia Guirao dijo...

Hola Raúl,
Fui el día del estreno y fue verdaderamente vergonzoso. Pienso que el derecho al pataleo debe existir pero hay momentos y lugares en los que desde mi punto de vista son una falta de respeto.

Anónimo dijo...

Hola! Os acabo de descubrir!! Yo también fui el día del estreno y coincido con Xènia, pero no solo la final hubo abucheos, yo, durante Café Muller tuve que aguantar a una señora que un par de butacas a mi derecha no paró de refunfuñar en voz alta y decirle a su nieta de unos 20 años, todos los dislates imaginables sobre el espectáculo, que ni entendía ni podía entender. A mi me parece que a estas alturas no saber quien es Pina Bausch y su Sacré es de juzgado de guardia... en fin!
Un besito,
Carolina Masjuan
carolinamasjuan@hotmail.com
PS: Iréis a ver a Corella al Tívoli, supongo... Y el Cascanueces de David Campos?

Anónimo dijo...

Perdón, quería decir su "Café" no su "Sacré", éste, como bien decís, entusiasmó a todos y es que es brutal!!!!!
Carolina

Xènia Guirao dijo...

Hola Carolina,
Comparto tu opinión,lo que presenciamos es un indicador de algo, la incomprensión e ignorancia de nuestra sociedad frente a la danza. Hay una gan tarea pedagógica que hacer, y seguramente empieza en las escuelas, confiemos en que las generciones futuras tengas más sensibilidad por la danza, el único lenguaje universal.

Iré a ver a Corella, sí!, me encanta, aunque el Tíoli siempre se queda pequeño..., vale la pena. ElCascanueces de David Campos lo vi hace tiempo, no está nada mal, aunque reconozco que no soy del todo objetiva, David fue mi profesor y uno de los mayores responsables de mi pasión por la danza. A ver si nos encontramos en Corella y si no, que lo disfutes mucho.
Mucha Danza!!!
Un abrazo

Anónimo dijo...

David fue el profe de mi hija también y es alguien muy especial. Su tesón es realmente admirable: clásico en Cataluña!! este chico está loco, pero menos mal que aún quedan locos. Y ¡qué decir de Corella! he tenido el privilegio de conocerle, de vivir su lucha por establecerse en Cataluña, e ver a su compañía en La Granja y en Madrid y son fenomenales, ¡lo ha conseguido! ahora crucemos los dedos para que puedan mantenerse y crecer.
Un beso fuerte a todos y muy buena danza!!
Carolina