20.3.07

El Ballet Imperial Ruso llega al Tívoli




El Ballet Imperial Ruso presenta en Barcelona los ballets clasicos El Lago De Los Cisnes, Carmina Burana, Sherezade y el Bolero de Ravel. La compañía con sede en el Teatro “Novaya Ópera” de Moscú se presenta en el Teatro Tivoli de Barcelona del 20 de marzo al 8 de Abril.

El Ballet Imperial Ruso nació en 1994 por iniciativa de Maya Plisetskaya y bajo la dirección artística de Gediminas Tarandá, que, antes de crear la compañía, fue solista principal del Teatro Bolshoi de Moscú y estudió la carrera de coreógrafo bajo la dirección de Yury Grigorovich. El elenco del Ballet Imperial Ruso, compuesto por 45 bailarines de primer nivel, muchos de ellos ganadores de prestigiosos concursos de ballet, han realizado giras internacionales por Japón, Finlandia, EE.UU., Francia, Austria, Alemania, Israel, Líbano, Grecia, etc...

Todas las producciones qe ahora presenta en Barcelona son versiones de los clásicos hechas por Gediminas Tarandá. El primer montaje en ponerse en escena será 'El lago de los cisnes', un ballet en tres actos y cuatro cuadros con coreografías de Lev Ivanov y Maruis Petipa, del 19 al 29 de marzo. Después llegarán Carmina Burana , Sherezade y Bolero, del 30 de marzo al 8 de abril.


Teatro Tivoli (Barcelona)
Del 20 de marzo al 8 de abril

18.3.07

Nacho Duato vuelve a los escenarios con "Alas"


El director de la Compañía Nacional de Danza (CND), Nacho Duato, vuelve a los escenarios como protagonista de 'Alas', un "cuento sobre la soledad" que fusiona danza y teatro, y en la que Duato baila y recita, en lo que supone para él una "faceta nueva" que requiere "madurez y presencia escénica".


Esta es la primera colaboración de Nacho Duato con el director teatral esloveno Tomaz Pandur. Pandur utiliza breves fragmentos del guión de Peter Handke para lapelícula Wings of Desire -El Cielo sobre Berlín- (1987) de Wim Wenders. Sin embargo, la coreografía de Duato no ofrece un paralelismo con la película de forma explícita. La colaboración entre ambos artistas supone la incursión de los intérpretes de la CND en terrenos más dramáticos a los habituales. El propio Nacho Duato baila y recita una serie de monólogos durante su actuación.


Tomaz Pandur se dio a conocer en España con Sheherazada en 1990 y el año pasado montó Infierno con el Centro Dramático Nacional. Considerado uno de los creadores escénicos contemporáneos de mayor proyección internacional, sus obras se caracterizan por una original utilización de la técnica escenográfica al servicio de interpretaciones dramáticas irreprochables dando lugar a imágenes de impactante belleza.Esta producción contará con música original compuesta por Pedro Alcalde y Sergio Caballero, ambos participaron anteriormente en los ballets de La Compañía Nacional de Danza Herrumbre (2004) y Diecisiete (2005). Así mismo, Duato utilizará música de Arvo Pärt, Jules Massenet y Pawel Szymanski.

Sylvie Guillem en Madrid


Imprescindible!

La estrella de la danza mundial, referente para generaciones de bailarines, Sylvie Guillem baila en el Teatro Real del 31 de marzo al 4 de abril


En Push, la bailarina francesa, comparte escenario con el bailarín y coreógrafo Russell Maliphant, autor de las cuatro coreografías que componen este programa (Solo, Shift, Two y Push) y creador de un lenguaje pionero en el que combina la fuerza del movimiento, la luz y la música, cuyas señas de identidad son inconfundibles. Tres solos y un dúo, en aparente simplicidad, ponen de manifiesto las ilimitadas posibilidades de dos grandes bailarines, formados en dos de las escuelas más importantes de Europa: el Ballet de la Ópera de París y el Royal Ballet de Londres, respectivamente.


10.3.07

El silencio del ballet frente al ruido del dial

La historia de ‘Las zapatillas rojas’ se reescribe para esta representación, que cuenta una historia de amor y fama con la radio de fondo.
El mundo de la radio y el del ballet se funden en un único espectáculo. La radio, universo de la palabra, de la música y los silencios adrede, pero siempre quietos. Y por otro lado, el ballet, siempre en movimiento, sin palabras, pero unido a las ondas a través de la música. Dos mundos que se entrelazan en una historia de amor y de fama que trae a Málaga el Ballet de Madrid.

Las zapatillas rojas se desarrolla en los años cuarenta en una pequeña ciudad europea donde se encuentra el taller de confección de Benita Doré. Tres muchachas trabajan y aprenden a cortar y coser ante la atenta mirada de Doré. Un día, las jóvenes entran en el Teatro Nacional y descubren los ensayos de ballet, dirigidos por un viejo excéntrico y con muy mal carácter que envidia la sutileza de las bailarinas.

La producción de Tomás Lozano presenta una composición musical de una hora y media y un libreto de estructura clásica.

* Teatro Alameda. C/ Córdoba, 9. A las 19 horas. Precio: 20 euros.

Wuppertal, el alma de la danza teatro


A 25 minutos de Düsseldorf, entre paisajes decadentes e industriales, el turista queda atrapado entre el Tanztheater, el Von der Heydt Museum y un tren con los vagones colgados de los raíles.

A día de hoy resulta imposible no identificar la ciudad de Wuppertal con Pina Bausch. Desde que en 1973 iniciaran su historia de amor "correspondido" hasta principios del 2007, por sus pieles ha pasado de todo. No han faltado celos, ni cariño, ni fiestas, ni tan siquiera reproches. Pero vayamos por partes.
Wuppertal es una pequeña ciudad industrial del land alemán de Renania del Norte-Westfalia. Se trata de una ciudad reciente, manejable, situada a los pies del valle Wupper (Wuppertal). Es fruto de la unión de los seis pueblos del valle que se llevó a cabo en 1929. Cuenta con unos 380.000 habitantes. A diferencia de sus ciudades vecinas, se presenta sin centro histórico definido, pero con barrios muy diferentes entre sí que mantienen su idiosincrasia, a pesar del castigo que sufrió la ciudad durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.


Para tener una referencia más clara, basta decir que se encuentra a 25 minutos de Düsseldorf. Está muy bien comunicada por tren. Si se precisa una aproximación de la capacidad productora de Wuppertal es aconsejable no perderse, o mejor dicho, recuperar, la película que sobre la ciudad realizó Pina Bausch a finales de los ochenta. Se llama Die Klage der Kaiserin (La queja de la emperatriz), y en ella, Pina retrató la ciudad y sus alrededores: un poco de decadencia y bastante industrialización. En ella se aprecia una ciudad con un medio de transporte único y con intuición para atrapar al viajero.
Wuppertal también es conocida porque en ella nació Friedrich Engels y su ideología combativa. De pequeño vio la explotación de los tejedores por parte de los industriales, y se le quedó grabado; hoy hay un museo, el de los Inicios de la Industrialización, a su nombre, Engels-Haus. Asimismo, tiene un jardín botánico (Botanischer Garten), fantástico (y gratis), en el centro. Una Universidad boyante. Sugerente programa de conciertos en la Stadthalle. Fachadas burguesas en Brider. Avenidas comerciales en Elberfeld. Y además cuenta con tres elementos impagables: el Tanztheater de Pina Bausch, el Von der Heydt Museum y el Schwebebahn, un tren elevado que discurre por lo alto de la ciudad, de hecho, la atraviesa. Sí, no es broma, los vagones viajan colgados de los raíles, al revés del mundo, algo alucinante desde cualquier punto de vista.


Traqueteando
Este peculiar ferrocarril fue inaugurado en 1901, y durante muchos años fue el emblema de Wuppertal. Todo aquel que se queda embobado mirando los vagones aéreos es guiri. No falla. Usted también lo hará, y también buscará una estación en la que subirse. Durante 13 kilómetros podrá planear la ciudad a una altura de entre 8 y 13 metros, desde donde disfrutará de las vistas del río, de las montañas, de las plazas... traqueteando, como si volviera al tacatá.


Pero ahora la insignia de Wuppertal es Pina Bausch y su Tanztheater. Se trata de un edificio sobrio. Con un interior parco en diseños glamourosos. Muy antiguo, pero también muy renovado, como lo que hizo ella con la danza y el teatro. No tomar algo en su cafetería antes de una función es algo que debería prohibirse.


Pina Bausch nació en Essen. Se formó junto a Kurt Joos. Pasó una temporada en la Juilliard School de Nueva York y en 1973 llegó a Wuppertal para dirigir el Tanztheater y se quedó para siempre. Aquí fundó su propio género, la danza-teatro. También se le ha llamado danza expresionista o danza abstracta. En realidad, lo que hizo Pina fue renovar la danza tradicional. Descender el ballet clásico del olimpo y fijarse en una nueva estética que tiene mucho que ver con la calle y con lo que la gente siente. Por eso la ciudad es tan importante en sus montajes. De ahí el movimiento libre, la interacción de la expresión corporal con el espacio, con los ruidos, el ambiente, diferentes músicas, diferentes superficies: en una coreografía de Pina Bausch, los bailarines pueden elevarse a limpiar cristales, caminar por encima de césped o intentar escalar una montaña de rosas.


No obstante, como para llegar a amar una ciudad es necesario sentirla cerca y lejos, Pina Bausch ha basado su trabajo en un espíritu nómada. Además de Wuppertal, otras ciudades se han puesto a merced de su talento y de su curiosidad. De este modo, su compañía ha pasado largas temporadas empapándose de ciudad en Roma, Hong Kong, Lisboa, Palermo... atendiendo sus ruidos, sus silencios, su inquietud o su fragilidad, para luego preguntarse el porqué de todos ellos y fabricar un núcleo de obras, como Die Fensterputzer (Limpiadores de ventanas), sobre Hong Kong; Mazurca fogo, que se inspira en Lisboa; Agua, en Brasilia, o Tanzabend II, en Madrid. Piezas que se unen a otras ya míticas, como Caffe Müller o Walzer.


Pero no todo fue fácil para Pina en Wuppertal. Aquí se enfrentó a un público dividido en admiradores y detractores. Amor y odio. Ha habido elogios, pero también amenazas. Por suerte, Pina no se fue. En octubre de 2001 celebró una gran fiesta de toda su compañía que se estiró 15 días. En ella pudo verse a amigos suyos como Pedro Almodóvar (usted, lector, vio a Pina Bausch en Hable con ella, sí, al inicio, ¿recuerda?), Caetano Veloso, Yerbabuena, Alain Platel y un sinfín de compañías de todo el mundo.